Se dirige a la jaula de los leones para demostrarle cuánto se equivoca: esta vez seguro que habrán devorado la carne de la cena. Pero no, está intacta como los dos días anteriores. Sin embargo los leones no parecen hambrientos.
Tres horas antes, cuando el domador acabó su número pero la función aún continuaba, había llegado de nuevo al lado de la jaula el músico de una calle vecina. Con este tercer viaje se había deshecho del último pedazo del proyecto de trompetista que apareció en su escalera. “Ya no dará más la nota”.
- Presentat a Relatos en cadena 2014-15.