Ernesto es un tipo un poco vago. Por eso, a la propuesta de aprender a tocar el piano heredado de su abuelo, contestó que le parecía muy cansado. Cuando se tenían que tocar muchas notas a la vez o desplazar el brazo a lo largo del teclado, protestaba.
A fin de ayudarle, en su cumpleaños, sus amigos le obsequiaron con una mano adicional. Desde entonces no tiene excusa para no practicar un poco cada día. Y luego, acabada la sesión musical, siempre deja unas bonitas flores rodeando a su tercera mano, para que le espere animada hasta el día siguiente.
- Presentat a la proposta “Viernes creativo” inspirat en la imatge publicada el 18/12/2015, i al concurs Wonderland – L’art d’escriure (relat de 100 paraules exactes).