Era mi amigo y me engañó. Era mi amigo y fui su fiador. “No te preocupes”, me dijo, “es un negocio seguro. Se basa en el valor de un índice que se alcanza con menos frecuencia que un año bisiesto. En dos meses recuperaremos la inversión al cuadrado”. Y yo le creí. ¿Cómo iba a saber que estaba jugando conmigo? Ahora toda la fuerza de la administración caerá sobre mí, sin que pueda ayudarme ningún abogado. Lo peor es que cuando me explicó que no había salido bien, me pareció verle una sonrisilla mal disimulada acompañada de un canturreo vagamente familiar. Hoy he recordado que era la canción preferida de Eva, la novia que le robé en el instituto.
- Presentat al VIII concurso de microrrelatos sobre abogados (paraules a incloure: “fuerza, fiador, bisiesto, administración, cuadrado”).