En los consultorios esperaba leyendo el periódico pero los pechos voluptuosos de la mujer sentada enfrente atrajeron su atención. Su imaginación echó a andar. Ella le devolvía la mirada bajo unas hermosas pestañas. Entró una muchacha encaramada a unos tacones luciendo un escote hasta el ombligo. Espectacular. En su mente, los actos lascivos con ellas alcanzaron el galope desenfrenado tras el guiño que le lanzó la segunda. Su sueño, un trío… Fue al mostrador:
-¿Tienen lavabo para silla de ruedas? Unir la sala de espera con las consultas de ginecología es todo un acierto.
-Caballero, aquí sólo visitan dos andrólogos.
- Presentat al concurs Wonderland – L’art d’escriure 2017-18 (relat d’exactament 100 paraules).
—>> MICRORELAT FINALISTA DE LA SETMANA!! (23/06/2018)
PETITES HISTÒRIES 
27 Juny 2018 a les 20:47
Un relat curt, però molt ben tramat, amb un humor insinuós.
25 Juliol 2018 a les 20:46
Només d’imaginar la cara de l’home amb la resposta que rep… tot el que s’havia imaginat fer a l’ample lavabo… 😀
Moltes gràcies pel comentari!
Carme.