PETITES HISTÒRIES


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Matemáticas

–El gato morirá por no saber contar.
El hombre observaba a un gato que se había subido a un árbol en pos de un gorrión. Yo estaba paseando para aprovechar el sol matinal de domingo y, como él, miré hacia arriba. El pájaro cambiaba de rama y el felino lo seguía sin importarle la altura.
–No, eso es absurdo. Lo hará porque se caerá desde lo alto del árbol –le contesté.
Unos segundos más tarde, el gato saltó sobre el gorrión con tan mala fortuna que resbaló al tocar la rama y cayó, quedando inmóvil en el suelo.
–¡Pobre minino! –exclamé.
–Ahora se levantará, y verá usted como vuelve a subir –me dijo el hombre, que lo observaba todo desde un banco del parque.
–Pero, ¿qué dice? ¡Si está muerto!
–Recuerde que los gatos tienen siete vidas –fue su respuesta.
Y sucedió exactamente como él lo predijo. El gato, que se hallaba inerte en el suelo, de repente abrió los ojos y, viendo al pájaro en el árbol, pegó un brinco y volvió a perseguirlo. No me lo podía creer.
–Le he visto hacer lo mismo cuatro veces ya. No sé qué obsesión tiene con ese gorrión –me explicó.
Y la historia se repitió de nuevo.
–Como le decía antes, el gato morirá por no saber contar.



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Las cuatro dimensiones

Nadie sabe quién es el asesino. Enrique se frota la barbilla con la mente llena de sospechas. Mercedes, al mirar por la ventana, se siente rodeada por la verde campiña inglesa. Antonio nota en su cuerpo el esfuerzo de subir una montaña, con ganas de dormir ya en el campo base. Y Ricardo se acaba de librar de unos  indeseables piratas.

En unos minutos, cada uno de ellos cerrará su libro y llegará, desde la dimensión literaria, a su estación de destino en Madrid.



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La ceguesa

Un cec, amb el seu bastó blanc, arriba a la parada d’autobusos. Hi ha un home assegut a la marquesina que, en veure’l, s’aixeca per cedir-li el lloc:
-“Segui, si us plau. Per aquí” -el guià.
En uns minuts s’hi aturà un bus.
-“Perdoni, quin número és?”
-“El vint-i-dos”
-“És el meu”
-“Jo també hi pujo. L’ajudo”
Un cop a dalt, conversen una estona. L’home cec li diu que parla força bé el català tot i l’accent estranger.
-“El meu idioma és el francès, que s’assembla força al català i em permet aprendre més fàcilment”
Li explica que fa uns mesos que ha arribat i està vivint amb la seva germana, que és aquí des de fa anys. Tot i que ell té estudis i experiència laboral al seu país, encara no ha trobat feina a Barcelona.
-“Doncs crec que algú com vostè es mereix una oportunitat.”
-“Això penso jo, però suposo que venir del Camerun m’ho posa més difícil”.



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Sin mapas

Tampoco estábamos tan mal. O eso pensaba yo. Pero hacía tiempo que ella tenía sombras en la mirada y a mí me crecía una estalactita dentro del alma por el goteo inaudible de una tristeza agazapada. Y aquí estoy, delante del armario, sin saber dónde estará el impermeable de Carlitos. Ella lo guardaba todo y yo necesito una brújula para orientarme en casa. El pequeño me pregunta si se ha perdido el anorak, como su chupete hace un año. Tiene su gracia. Andrea siempre repetía una frase que se le quedó de una película: «Tienes que perderte antes de encontrarte». Ella se sentía perdida. Y se marchó para buscarse.


[Enllaç al text al blog Esta noche te cuento]