Nadie sabe quién es el asesino. Enrique se frota la barbilla con la mente llena de sospechas. Mercedes, al mirar por la ventana, se siente rodeada por la verde campiña inglesa. Antonio nota en su cuerpo el esfuerzo de subir una montaña, con ganas de dormir ya en el campo base. Y Ricardo se acaba de librar de unos indeseables piratas.
En unos minutos, cada uno de ellos cerrará su libro y llegará, desde la dimensión literaria, a su estación de destino en Madrid.
- Presentat al XIII Certamen de Relatos Cortos de Renfe.
24 Octubre 2019 a les 21:23
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