PETITES HISTÒRIES


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Tiempos duros

No puede más. Natalia, cabizbaja, se pasa la mano por la frente. Lo hace medio escondida, al final del pasillo. Esta llamada ha sido muy difícil. La voz del otro lado del teléfono no lo podía encajar, y menos con la información de ayer.

-«Pero…, nos dijeron que su estado había mejorado dentro de la gravedad…»

-«A veces ocurre, se observa una leve mejoría, aunque después la evolución no siempre sigue esa línea y empeora.»

Sollozos como respuesta.

Van cinco diálogos parecidos en este inicio de semana. Ahora que los familiares no pueden acompañar a los enfermos, todo es más complicado. De explicar, de comprender, de asumir.

Natalia llega del trabajo. Se ha cambiado antes de dejar el hospital, pero se vuelve a quitar la ropa y se ducha, enjabonándose a conciencia. Entonces es cuando pasa a saludar a su madre, que ya se encuentra en la cama. «¿Qué tal has estado hoy?» le pregunta, y le da un beso. Y así un día tras otro. Esperando que las precauciones que toma sean suficientes para no llevar el virus a casa. Esperando que mañana haya menos bajas en su planta. Esperando tener que hacer menos llamadas disimulando su voz rota.


[Enllaç al relat al blog d’ENTC]


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Cercant solucions

A la Mercè el nou tanatori li va semblar molt bé, amb tanta llum, tant espai, tantes sales. Va pujar a la primera planta, a la sala 2. Digué als seus fills: “Mengeu una mica del berenar que ofereixen. Jo vaig a donar el condol a la família”. Els tres petits van agafar algunes pastes i suc.

El dijous hi van tornar a anar, però a la sala 9. La mare els va dir el mateix: ‘Mengeu alguna cosa mentre jo parlo amb la vídua”.

El dimarts següent van pujar al segon pis sala 5. Dos dies més tard, planta primera sala 11. La treballadora de recepció s’hi va fixar quan ja portaven unes setmanes anant-hi. Els va seguir i els observà. El següent cop els esperava a la porta amb un paquet de galetes, croissants i sucs. La Mercè, sorpresa i una mica avergonyida, li va agrair. Van quedar que els donaria berenar els dimarts i dijous, els dies que no anaven a l’esplai de la parròquia.