PETITES HISTÒRIES


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La última cena

Fue la mejor comida de su vida. Al entrar en aquella sala repleta, enloqueció con los diferentes olores que lo hacían pasar de un plato a otro. ¡Menudo atracón!

Lástima que luego, de un manotazo, alguien lo aplastó contra la pared mientras con la otra mano no paraba de rascarse.


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