La verdad es que soy bastante distinto al de la foto de boda que preside el comedor. Pero ella no lo aprecia. En mi juventud todavía me parecía menos a ese apuesto novio. Ahora, de viejo, es cierto que somos todos un poco más iguales y es fácil confundirnos. Por eso me recogió. Aquel día, cuando me encontró en la puerta del supermercado, se podría decir que volví a nacer. Pensé que se acercaba a echarme unas monedas y, sin embargo, me dijo: “Alfredo, ¿qué haces ahí sentado? Ven a ayudarme con la compra”. Me hizo coger un par de las bolsas que llevaba y acompañarla a casa. “No te quedes quieto como un pasmarote, guarda las cosas en su sitio”. Y aquí estoy, convertido en Alfredo, de quien enviudó la pobre mujer unos meses atrás.
- Presentat al XI Microconcurs La Microbiblioteca
—>> MICRORELAT FINALISTA DEL MES!!
[Enllaç als finalistes d’octubre en castellà de la Microbiblioteca]