PETITES HISTÒRIES


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Una San Silvestre más

Estoy listo para la carrera. Como decía mi abuelo, todo debe estar a punto. Él me explicaba historias de su infancia en el pueblo, donde hacer deporte consistía en correr por los campos con los otros muchachos. Sé de los agujeros en los zapatos que heredaba de sus hermanos, de cómo su madre le zurcía los pantalones y de la fuerza que se daban entre todos para sobrellevar la dura vida de entonces con cuatro perras. Ahora, yo lo tengo todo preparado: las zapatillas, la ropa y, este año, me faltan los ánimos del abuelo antes de la salida. Pero en cuanto cruce la meta, levantaré mis ojos hacia el cielo para brindarle mi esfuerzo.