“Esta vez no se reirán de mí, los voy a dejar pasmados”, se dijo al prepararse para la fiesta de fin del verano. Prestó atención a cada detalle. El maquillaje era llamativo. El pelo recogido mostraba un cuello y escote sujerentes. Y se hizo con un vestido de corte ceñido. Le había costado que entrara pero, al final, le quedaba como un guante. Aun así, quería ver si podía resaltar más sus pechos, emulando el efecto de un sujetador “push up”, para que resultara más provocativa. Decidió darle a la mancha un poco más cuando no debía haberlo hecho, pues el incremento de aire unido al apretado vestido ocasionaron el estallido del hinchable. Aterrado, no pensó en que sería el pringado que anunció llevar una sorpresa y llegaría con las manos vacías, sino en cómo aplacaría a su hermano mayor cuando viera el estado en el que quedó su Julieta.
- Presentat al IV Concurso de microrrelatos “La toalla del boxeador” (paraules a incloure: “verano” i “guante”).