Como si de una plaga venenosa se tratara, la envió a la tierra de los faraones, dándose cuenta mientras caían hacia su destino de que los puntitos negros habían pasado a ser algo mayores y con colorido rojo y naranja. Estaba claro que su hijo se había entretenido pintando y había modificado su creación inicial.
-¡Jesús, deja ya los colores! -gritó enojado- Esto no es serio, así la plaga pierde credibilidad… ¡Parecen mariquitas!
Y por ello, aunque las Sagradas Escrituras no lo recogen, tuvo que volver a enviar la tercera plaga.
- Presentat a IX Edición de Relatos en cadena amb la frase inicial donada: “Como si de una plaga venenosa se tratara”.